Botox

Botox

Las líneas de expresión son las marcas que se producen en la piel como consecuencia de la realización de un mismo movimiento muscular o gesto miles de veces.

La toxina botulínica (conocida comercialmente con el nombre de BOTOX®), ha sido utilizada desde hace muchos años con fines terapéuticos y en el campo de la cirugía plástica y estética.

¿Cómo actúa el Botox®?

La toxina botulínica, bloquea la transmisión del impulso nervioso al músculo. Esto produce su debilitamiento e interfiere por lo tanto con su función de contracción. De esta manera, al estar el músculo en reposo, la piel que lo cubre se relaja y las líneas de expresión se van suavizando y disminuyendo progresivamente hasta desaparecer en muchos de los casos, así como de prevenir la aparición de otras nuevas.

¿Qué áreas pueden ser tratadas?

Las líneas de expresión de la frente, el entrecejo, las patas de gallo, el cuello y alrededor de la boca, son las áreas estéticas comúnmente tratadas con la toxina botulínica. Hay que estar consciente de que este tratamiento no es un sustituto de la cirugía de rejuvenecimiento facial.

Procedimiento:

La técnica consiste en inyectar pequeñas cantidades de Botox® a nivel de los músculos que producen las líneas de expresión. Para lograr esto, el cirujano plástico le pide al paciente que contraiga los músculos que van a ser tratados y con una jeringa y una aguja muy delgada, infiltra la sustancia.

Los efectos del Botox® comienzan a notarse a partir de los 3 a 10 días después de su inyección y tienen un efecto aproximado de unos 5 a 6 meses.

Una vez concluida la infiltración del Botox®, el paciente debe mantenerse tranquilo durante una hora, se recomienda no acostarse y no debe tocarse el área tratada, puede hablar y gesticular normalmente, al pasar una hora puede volver a sus actividades físicas normales completamente.

El procedimiento puede volver a repetirse una vez desaparecidos sus efectos. Se ha demostrado que mientras más infiltraciones reciba el paciente, mayor será el período de acción de la toxina botulínica. Se pueden hacer aplicaciones por tiempo indefinido.

Efectos adversos:

La infiltración de Botox® es muy segura si es realizada por un Cirujano Plástico, ya que conocemos perfectamente toda la anatomía de la cara.

Algunos de los efectos adversos que puede presentar el paciente son:

  1. Dolor e inflamación a nivel del sitio de infiltración.
  2. Dolor de cabeza.

Pequeños moretones.

  1. Estas molestias aunque no son comunes en todos los pacientes, pueden estar presentes, pero las mismas desaparecen con el paso de las horas.

Contraindicaciones:

  • Miastenia gravis.
  • Enfermedades neuromusculares.
  • Alergia a la albúmina humana.
  • Alergia a la toxina botulínica.
  • Embarazo o período de lactancia.
  • Ingesta de aspirina en las 2 últimas semanas previas al tratamiento.

¿Que debo hacer antes del tratamiento con Botox®?

  • No ingerir bebidas alcohólicas.
  • No ingerir aspirina o antiinflamatorios.

¿Puede repetirse el tratamiento con Botox®?

Definitivamente que si. La inyección de toxina botulínica puede repetirse cada 4 a 6 meses, siendo cada nuevo tratamiento más prolongado.

Recuerde que el tratamiento con el Botox® no sustituye a las cirugías plásticas de rejuvenecimiento facial, sin embargo es una muy buena alternativa para aquellos pacientes que no desean o no son candidatos para someterse a una intervención quirúrgica. La vida puede ser más fácil si usted está orgulloso/a de si mismo. Un pequeño cambio puede hacerle sentir más confianza y mayor seguridad. La decisión es suya.